Ayer asistí a la primera sesión del curso "Las mujeres en las redes sociales", impartido por June Fernández Casete y organizado por el Ayuntamiento de Vitoria dentro del programa "Escuela virtual para el empoderamiento de las mujeres".
Me parecen muy interesantes las posibilidades que Internet y las redes sociales nos ofrecen a las personas y sobre todo a las mujeres para visibilizar quiénes somos, qué hacemos, qué pensamos, cómo podemos mejorar nuestra (calidad de) vida en esta sociedad y planeta, etc...
También existe la posibilidad de utilizar estas tecnologías para denunciar situaciones de acoso, violencia, malos tratos, amenazas por parte de personas que se consideran superiores. Visibilizar que existen estas situaciones de violencia verbal, física, emocional es clave para entender que realmente hay un problema social de personas que consideran que son superiores a otras y pueden ejercer cualquier tipo de violencia sobre ellas. Hollaback es una de las muchas plataformas existentes para denunciar situaciones de acoso callejero.
Pero sobre todo, creo que la red sirve para tejer redes de solidaridad, de apoyo, de visibilidad de la actividad de las mujeres en distintos ámbitos (ciencia, informática, arte, literatura, salud, botánica, cuidado, hogar, etc...). Para construir modelos de pensamiento y de relación entre personas en clave de igualdad y empatía. Para crear proyectos en colaboración y cooperación en cualquier ámbito que se nos pueda ocurrir, que hay que avanzar y mejorar. ¿Por qué no aprovechar el potencial de Internet y de las redes sociales junto con el conocimiento de las personas para construir de forma colaborativa nuevos lenguajes inclusivos, nuevos modelos de relación e interacción?.
Pero, ¿qué pasa fuera de colectivos de mujeres sensibles a todas estas inquietudes?, ¿qué pasa en las calles, en las casas, en las camas, en los supermercados, en las tiendas, en los medios de comunicación, en las fábricas o en las oficinas?
No he hecho ningún estudio científico con una muestra representativa, pero por desgracia, sí por desgracia, mi intuición me dice que siguen existiendo comportamientos machistas que, con la llegada de Internet y las redes sociales, de forma "viral" transmiten con mayor rapidez hábitos de comportamiento que para nada permiten construir sociedades en las que hombres y mujeres tengan los mismos derechos y obligaciones; y donde nadie está por encima de nadie. Sino, todo lo contrario. Ayer, después de salir del curso con unas gafas nuevas, me enviaron por Whatsapp un vídeo de 2009 que me niego a enlazar, pero que es fácil de encontrar al buscar Shii y Wii en Google.
Shii (una Wii para "ellas") frente a Wii (la nuestra... de los hombres). No hace falta decir más. Lo siguiente en el vídeo era ver patrones de ocio/disfrute/placer vinculados a hombres y juegos posibles usando esa consola; y patrones de actividades domésticas, de trabajo/servicio/sumisión para las mujeres con sus respectivos juegos. Este tipo de vídeos, aunque se hagan pensando en lo cómico del asunto y en clave de humor, creo que son machistas, sexistas y que no hacen ningún favor a trabajar en la igualdad real entre hombres y mujeres, entre personas.
Podría seguir así con mil ejemplos machistas que creo que habría que superar, tratando de poner en valor las ventajas de construir entre hombres y mujeres una sociedad más justa para todas las personas, independientemente de cualquier etiqueta que les pongamos por razón de su sexo, edad, color, olor, sabor, altura, peso, etc...
1 comentario:
Menchu, me hace mucha ilusión que mi taller te haya inspirado un post. No conocía lo de Shee/Wii. Madre mía, justo tú citabas lo interesante de esa consola para jugar en igualdad, y hay gente a la que le escuece. Espero que sigamos compartiendo experiencias sobre las redes sociales. Con la ofensiva cibermachista a la que asistimos, somos más necesarias que nunca.
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