jueves, 27 de enero de 2022

Fábula remix 🐦🐘

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En un lugar muy lejano había una pequeña laguna a la que se acercaban a beber los animales de la zona. Cierto día, bandadas de colibríes pararon a descansar y a hidratarse para continuar su largo viaje hacia el Sur. Se acercaron a la orilla y el agua comenzó a retroceder misteriosamente 10 centímetros (que en medida colibriana podría ser 2 metros para las personas humanas). Y al cabo de un minuto, otro retroceso. Se sorprendieron y se preguntaban qué pasaría, mientras miraban al agua. Uno de ellos, alzó la vista al horizonte y al otro lado de la laguna vio a un elefante con su larga trompa en el agua y a una manada de elefantes acercándose a beber.

—Creo que sé lo que está pasando —dijo al resto—. Si me lo permitís, voy volando a hablar con la manada para que nos dejen beber primero en calma y que luego continúen ellos.

—Pero, ¿crees que te escucharán? —respondió un joven colibrí.

—No lo sé, voy a intentarlo.

Llegó volando hasta la manada y suspendido en el aire dijo:

—Tenemos sed y al ir a beber, si bebéis al mismo tiempo, el agua retrocede muy rápido y nos resulta muy difícil beber así. Necesitamos tiempo para hidratarnos en calma. Os pedimos que nos dejéis beber primero y después continuéis a vuestro ritmo.

El elefante joven levantado la cabeza del agua dijo: —¿Pero quién eres tú para pedirme eso? Llevamos caminando tres días para llegar hasta aquí. Tenemos muchísima sed. Y... con un zumbido de mi trompa podría lanzarte al otro extremo de la laguna! Solo permitimos a nuestra elefanta mayor que beba la primera, porque es quien nos guía. Así que ¡buscaos la vida!

La sabia elefanta escuchó la conversación y dirigiéndose al joven, dijo: —Ay! ¡Cuánto tienes que aprender! ¿Has esperado tú a que yo bebiera? —El elefante joven agachó la cabeza avergonzado. Y la mayor, se dirigió a toda la manada. —En la naturaleza, todos los seres somos UNA familia. Todos nos aportamos y nos cuidamos. Si yo estoy aquí es gracias a un colibrí. ¿Recordáis que estuve atada a una estaca con una cadena desde que nací? Un colibrí logró que creyera en mí y me animó a usar mi fuerza auténtica para liberarme de la estaca. Por eso, hoy estáis aquí. Así que, dejad de beber ahora mismo y agradeced, ahora y siempre. ¡Claro que sí, colibríes, podéis beber primero!

Mientras, al otro lado de la laguna crecía la tensión al ver que el agua seguía retrocediendo porque el resto de elefantes habían empezado a beber mientras la vieja elefanta hablaba. 

—No le van a escuchar. No le van a hacer caso. Nos vamos a quedar sin agua. Bebamos rápido antes de que la situación vaya a peor. —se decían—.

Uno de los colibríes más ancianos dijo: —¿recordáis aquel incendio que hubo en el bosque hace años?

—Síííííí. ¡¡¡Se apagó gracias a los colibríes!!!

—No exactamente, —dijo el anciano. — Los colibríes hicimos nuestra parte dando ejemplo de que podíamos hacer algo entre todos los animales para apagarlo. Y también buscamos los lugares donde había agua. Pero fueron sus trompas cogiendo tanta agua, como ahora, las que lograron apagar las llamas y devolvieron la paz al bosque. Así que, nos necesitamos y nos cuidamos mutuamente. ¡Que no se nos olvide! Y ahora ¡a beber, que la manada nos espera!

Los colibríes alzaron el vuelo y, antes de continuar su viaje, en señal de agradecimiento a la manada que seguía bebiendo, ofrecieron en medio del agua un espectáculo de cantos y bailes como nunca antes se había visto ni se volvió a ver sobre la laguna.

Moraleja: Para sobrevivir hay que compartir (A.S.L.A.)

Dedicado a todas las personas elefantas-colibríes de mi vida, especialmente a las dos que me inspiraron este relato.


miércoles, 5 de enero de 2022

Las historias, mis regalos favoritos 🍊🍊

Hace 4 años reflexionaba sobre creencias, carrozas, magia e ilusiones durante la noche del 5 al 6 de enero en las creencias religiosas católicas, apostólicas y romanas...

Y estos días me acuerdo de una historia que siempre me ha contado mi abuela, tal vez cada año que he estado con ella, en estos días navideños. Tengo mala memoria (selectiva) pero hay historias que no se me olvidan, como esta: 

Mi abuela Manoli y sus tres hermanas limpiaban los zapatos 👢👢👢👢 y su abuela materna (Manuela) les dejaba una naranja de regalo 🍊🍊🍊🍊

Creo que este relato siempre me ha hecho resituarme, recordar que soy una privilegiada y pasar de regalos consumistas...

El mejor regalazo: poder seguir compartiendo conversaciones, juegos, risas... con mi abu, hasta que la vida quiera!!

¡¡Feliz noche mágica, esta y las que están por venir!!