martes, 31 de mayo de 2005

Ayer tuve la suerte de conversar largo y tendido con Jose Ramón Beloki sobre los retos de futuro para avanzar hacia la sociedad de la información y el conocimiento. Parece que las prioridades (en bastantes lugares) siguen siendo llenar de "cacharrería tecnológica" hogares, escuelas, empresas... Algo que resulta relativamente fácil (si hay dinero) y es muy visible a la hora de hacer inauguraciones, fotos o estadísticas de número de PCs en las escuelas.

Beloki insistía en el aprendizaje colectivo y en la utilización de las TIC como herramientas para facilitar, extender y universalizar el acto del aprendizaje en el que la interacción (presencial y virtual) entre profesorado y alumnado es fundamental para el intercambio y generación de conocimiento. El Plan eGela dentro de la iniciativa eGipuzkoa pretende formar al profesorado en TIC, establecer un aula digital en cada centro educativo de Gipuzkoa, desarrollar contenidos digitales y crear una comunidad educativa virtual para el intercambio de experiencias educativas. También se puso en marcha en el año 2003 el Aula Digital del Parque Tecnológico de Miramón para crear un lugar de encuentro y de transmisión de conocimiento a/desde cualquier rincón del mundo. Otro proyecto interesante es el Campus Virtual de La Salle que permite seguir on-line desde cualquier lugar del mundo las sesiones formativas y la interacción que se produce en el aula presencial. En estas experiencias, lo interesante es atraer, retener, expandir y crear conocimiento. No obstante en otros muchos proyectos las TIC parecen seguir siendo "el fin" en lugar del medio al servicio del conocimiento y la mejora de la calidad de vida de las personas. Se sigue esperando que la gente se conecte a Internet para obtener servicios públicos, en lugar de pensar que las propias Administraciones debieran dar ejemplo trabajando en red para prestar servicios integrados a la ciudadanía por cualquier canal.

Mejorar los servicios públicos implica un cambio cultural de las personas en el seno de las organizaciones para que seamos conscientes de que tenemos que mejorar, innovar y añadir valor a lo que hacemos cada día (utilizando para ello las TIC y otras herramientas que lo permitan). Como también me comentaron hace unos días Begoña y Laura, lograr el cambio de mentalidad de los trabajadores a la hora de interiorizar nuevas formas y culturas de trabajo es fundamental para que cualquier proceso de cambio y mejora tenga éxito. A finales de los ochenta la modernización de la Administración Vasca de Justicia con la incorporación de la informática para rediseñar y racionalizar procesos (y otros muchos procesos de cambio) fue posible porque se incorporó a los trabajadores en el diseño y ejecución del proceso de cambio en distintas comisiones de trabajo. En teoría, en la medida en que las personas se implican y creen que un cambio merece la pena, es más fácil que los resultados del proceso sean exitosos. Pero en la práctica, estos procesos de cambio son complejos porque implican alterar hábitos en las personas. De ahí la importancia de que las personas estemos abiertas al aprendizaje a lo largo de toda nuestra vida.

lunes, 23 de mayo de 2005

En Gipuzkoa llevan sensibilizando sobre la necesidad de utilizar de forma eficiente las TIC desde hace tiempo. El 2 y 3 de junio se celebran las III Jornadas eGipuzkoa. Siempre han sido una referencia documental para mí. Y este año me han invitado a participar en las mismas (-;

El interés en Gipuzkoa por la información, la comunicación, la tecnología y la innovación no es reciente. En 1908 el Ayuntamiento de San Sebastián obtuvo una licencia para crear una red de telefonía propia. En 1941 llegaba a Mondragón el joven, dinámico y emprendedor sacerdote D. José María Arizmendiarrieta quien cambiaría la historia de la comarca con un modelo empresarial cooperativista. Más recientemente iniciativas como eGipuzkoa, emaweb, eDonostia, las actividades de sensibilización del Bic Berrilan, Miramon empresa digital, y actividades para emprendedores y empresas desde la Cámara de Gipuzkoa, ADEGI, etc...; hacen de este pequeño territorio un lugar muy atractivo, no solo por sus gentes, paisajes y gastronomía, sino por la capacidad de sus personas para estar abiertas al mundo.