Vivimos en una crisis de nuestro modelo productivo y económico a la que hemos llegado por múltiples factores (es difícil hacer un análisis simple de cu ál es la causa principal). Pero un hecho es que muchas personas han aspirado a tener más de lo que podrían permitirse. Y por tanto cuando las burbujas explotan o las peceras en las que cómodamente se ha estado viviendo al margen de la realidad se rompen, asumir que el ritmo de vida que hay que llevar tiene que ser otro, para algunos resulta algo bochornoso.
Aunque este corto se grabó hace un año y logró numerosos premios, sigue
siedo muy actual. La realidad de muchas personas que trabajan en
empresas, que tienen que prescindir de compañeras, que tienen que luchar
por conservar su trabajo porque tienen que sacar adelante a sus
familias es cada vez más triste y dura. Pero tenemos que ser optimistas y pensar que si podemos ganar competiciones deportivas de alto nivel, podemos aplicarnos la cultura del esfuerzo que siempre predican muchos deportistas para lograr los retos que nos propongamos, a nivel personal y también como sociedad. Lo que pasa es que la aspiración de muchas personas es de no dar un palo al agua (o dar unas pataditas a un balón) y llevarse unas millonadas de euros que permitirían a muchos miles de personas vivir con mayor dignidad.
En fín, este post debería ser breve, como el corto que viene a continuación, pero ya veo que me estoy yendo por las ramas...
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