- Pues porque nadie nos ha enseñado nunca a negociar y marcar cuáles van a ser los límites y las reglas para que a) cuidemos a otras personas; b) otras personas nos cuiden; c) cuidemos de nosotras mismas (legitimarme, quererme, perdonarme).
- Y, aún más importante, porque es vital indagar en nosotras mismas sobre qué quiero y cómo quiero sentirme; y encontrar el difícil equilibrio entre lo que quiero (YO deseo), debo hacer (mandato social) y puedo hacer (lo que la realidad me permite).
Inma Merino |
A continuación dejo el resumen del taller. Seguro que en próximas ediciones de la Escuela para la Igualdad y el Empoderamiento de las Mujeres de Vitoria-Gasteiz vuelve a programarse.
Las mujeres continuamos ejerciendo el rol de cuidadoras de las demás personas: criaturas, pareja, personas mayores... En este taller trataremos de analizar qué es cuidar y qué supone para las mujeres: derecho o deber. Veremos cómo son los cuidados que ejercemos desde el deseo de cuidar o la obligación y las renuncias que hacemos por "amor" y por el cuidado. Nos topamos con dificultades generacionales y diversas posturas ante este rol, aunque de fondo compartimos los cuidados porque "las mujeres son cuidadas por otras mujeres". Pero, ¿podemos cuidar de otra manera? ¿Podemos poner límites? ¿Cómo puedo negociar conmigo misma para no sentirme mala madre, mala hija, mala cuidadora...? También reflexionaremos sobre la necesidad de cuidarnos nosotras y la responsabilidad que ello supone para conmigo misma, para la mejora de nuestra calidad de vida.
Formadora: Inmaculada Merino de Castro. Experta en empoderamiento de las mujeres y en intervención en violencia contra las mujeres.
Es muy necesario que reflexionemos sobre los cuidados: son fundamentales para sostener la vida. Es hora de que la mitad de la población "cuidada" (¿hombres?) compartan y se corresponsabilicen de cuidar y cuidarse, ya que llevan siglos y siglos siendo cuidados y sostenidos por mujeres a quienes se les ha marcado a fuego que CUIDAR era SU OBLIGACIÓN... Queda mucho por deconstruir y "hackear".
Se nota que no soy @Pernan :-) |
Y, aunque no puedo cambiar el mundo, ni Euskadi, ni mi ciudad... sí puedo asumir mi responsabilidad individual de (re)conocer quién soy, qué quiero, con quién quiero compartir mi vida, a quién/qué quiero dedicar mis energías.
Una vez recuperada y legitimada MI PERSONA y MI ESENCIA, podré negociar con otras sobre lo que estoy dispuesta a entregar...
Y aquí me viene a la mente la fábula del cerdo implicado y la gallina involucrada... Las relaciones de poder entre hombres y mujeres y entre personas siempre existen, porque en la vida tomamos cientos de decisiones que afectan a otras personas.
Las relaciones pueden ser recíprocas y equilibradas o de dominación y desigualdad. Ummm, todo este ámbito de lo privado y de los cuidados es un tema muy político, aunque aparentemente el patriarcado trate de recluirlo al ámbito de lo privado...
Queda mucho por hacer, pero es una suerte que muchas mujeres (y algunos hombres) YA pongan en valor los cuidados y reconozcan la importancia de visibilizar las relaciones de poder que subyacen en estos procesos claves para vivir vidas que merezcan la alegría vivirse.
Ha sido un gustazo participar en este taller. Y como podéis ver, nos hemos cuidado muy bien. Gracias, Inma, por acompañarnos en este proceso de respirar, sentir, legitimarme, negociar, mejorar, cambiar, empoderarme, etc...
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