Como siempre, gracias al blog Euskadi+d de David Bartolomé me entero de noticias interesantes, como el programa Entreprenari impulsado por UPV-EHU y BicBerrilan para fomentar la creación de empresas a partir de la explotación de resultados de I+D+i de las universidades. Desde 1998 este programa ha ayudado a crear 20 empresas y 215 puestos de trabajo.
Y en varios clicks he llegado hasta una de las spin-off fruto de este programa: la empresa Farapi de Antropología Social y creada en Donosti en el año 2004 y especializada en estudios de igualdad, género e inmigración. Entre sus interesantes trabajos hay uno sobre "Emprendizaje Innovador [protagonistas] en Gipuzkoa" que pretende realizar un análisis cualitativo de entrevistas a emprendedores-as con el propósito de identificar: a) las interpretaciones y valoraciones de estas personas sobre el espíritu emprendedor; y b) los condicionantes sociales, económicos y culturales capaces de favorecer u obstaculizar el desarrollo de esa actitud.
Me pregunto:
a) Si este estudio cuando se termine estará "a disposición de la sociedad" porque tiene pinta de ser muy interesante (y está pagado con los impuestos de gipuzkoanas/os)
b) Si Farapi tendrá algún estudio en mente (o realizado) sobre el impacto de las TIC en la vida (inter)personal, profesional, relacional (creación de comunidades virtuales que fomentan la participación ciudadana en diversos ámbitos para ir pasito a pasito "transformando" la sociedad)
c) Si mi condición de "donostiarra virtual" me da acceso a la red de servicios innovadores que hay en Gipuzkoa y que, por desgracia no existen en Álava (ni que estuviéramos en la otra punta del mundo)… Aunque claro, con tres sistemas de hacienda foral, tres pavimentos de carretera diferentes para ir de Vitoria a Donosti, tres aeropuertos, tres parques tecnológicos, tres campus universitarios, tres equipos de fútbol, tres tristes tigres… siempre tiene que haber diferencias para que nuestros/as queridos/as políticos/as se comparen y se pongan medallas pensando en ellos/as mismos/as (que no en la ciudadanía).
En fin, creo que tiene que ir llegando el fin de las "islas del conocimiento" y los territorios. Porque el conocimiento y su universalización solo es posible cuando existen visiones relacionales, colaborativas y sistémicas de la realidad, de los problemas y de sus soluciones.
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