El miércoles 30 de noviembre mientras cenaba escuchaba el programa "La casa de la palabra". Una chica, Christine comentaba que llevaba tres años recorriendo el mundo mundial compartiendo su vida y su experiencia con las personas que se iba encontrando. Su historia y su voz me resultaron curiosas e interesantes. Su propuesta: aprender a cuidar nuestro cuerpo y la naturaleza con una alimentación sana y cocina vegetariana. Vamos, lo que mi abuela lleva haciendo toda su vida, pero con un toque "actual" ya que lo que impera en estos momentos en nuestra sociedad es la comida basura_rápida_precocinada.
Así que le escribí un SMS para invitarle a venirse a Vitoria a conocer nuestra ciudad, el mercado medieval que hacen el primer sábado de cada mes, el mercado de la Plaza de Abastos, el turrón de la abuela de las Clarisas y el mercado de la Plaza de Simón Bolivar. Creo que le gustó. Y a Noe y a mí que fuimos con ella, también. Normalmente estoy en mi casa agobiada con la tesis y compro a última hora en el Consum lo que puedo... pero no tiene ni punto de comparación comprar productos naturales a las personas que los cultivan directamente con todo su cariño.
Cocinamos una ensalada deliciosa, unas tortillas que Rafa y yo nos liquidamos y un sorbete de aguacate para chuparse los dedos. Tenéis las recetas en su blog (que le animé que se abriera... yo siempre insisTICendo :-)
Me acaba de escribir un SMS para decirme que recordaba con cariño el fin de semana pasado por Siberia-Gasteiz. Espero que ya no le duela el culo porque fuimos a patinar a la pista de hielo y ella solo se cayó una vez (yo cincuenta, Noe unas 10, María creo que una o dos y Rafita... perdí la cuenta) pero la torta que se pegó fue muy considerable.
Pues nada, Christine, espero que sigas contagiando con tu paz y energía a muchas personas que encuentres por Bilbao y por el mundo. Es una suerte conocer personas como tú. Y cuando quieras, vuelve por Vitoria, que hace frío pero l@s vitorian@s te acogeremos con nuestro calor humano.
1 comentario:
¡Hola!
Yo soy Noe, la que se cayó unas 10 veces en la pista de hielo. La verdad es que lo pasamos muy bien (yo por lo menos), aunque estuve unos cuantos días con el cuerpo dolorido por las caídas.
En cuanto al taller, a mí la comida vegetariana nunca me había llamado la atención, pero la verdad es que estaba muy buena, aunque lleva bastante trabajo (todo hay que decirlo).
El día fue genial, la comida muy buena y muy sana y la compañía, mejor todavía.
Y todo esto gracias a Mentxu. La verdad es que últimamente estoy aprendiendo mucho de ella.
MUCHAS GRACIAS
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