Según Michel Wieviorka, parece que el modelo republicano está en una situación de bloqueo y fracaso, sobre todo a través de las lagunas de los servicios públicos y de la escuela, que es además objeto de agresiones por parte de los jóvenes. La escuela pública repúblicana, que pretende ser un instrumento de ascensión social, ya no consigue garantizar la igualdad de oportunidades para todos. Y aparecen actitudes violentas en ciertos jóvenes para quienes la escuela no es más que un instrumento de discriminación y exclusión.
Michel Wieviorka, propone alguna vía para tratar el problema de la violencia. Considera necesario inventar nuevas formas de participación y de información -sobre todo para los habitantes de los barrios desfavorecidos-, redefinir la vocación del servicio público, potenciar la lucha contra las desigualdades y reconocer las particularidades culturales que no ponen en tela de juicio los valores fundamentales de la República.
Y parece esencial la movilización de los propios jóvenes. Tras el asesinato de un joven a manos de otro en el año 1999, un movimiento de jóvenes, a menudo de origen inmigrante y procedentes de los "barrios difíciles de Francia", lanzó un manifiesto llamado "Stop la violence". Los diez puntos desarrollados por estos jóvenes son:
- 1. Esto no puede seguir así.
- 2. ¿Respeto? Hay que hablarse con otro tono.
- 3. No hace falta la banda para hablar.
- 4. Hacer justicia, debería ser maravilloso.
- 5. Ningún canalla al poder.
- 6. Los tíos que llevan armas no son hombres.
- 7. Los tíos que pegan a las chicas son impotentes.
- 8. Cuando se destroza, siempre pagamos nosotros.
- 9. Hay que saber contra qué se rebela uno.
- 10.¿Un fracaso? no significa que se es una víctima.
Pero seguimos igual: Las películas y videojuegos de éxito y los prototipos de "hombre" siguen siendo violentos. Como me decían no hace mucho, SuperMan o SpiderMan son "héroes" cuando pegan una buena paliza a un grupo de malos... pero las chicas pasan de ellos cuando son encantadores, dulces, tiernos y llevan gafas 8-(
Y lo que me sorprende es la dificultad de las Administraciones Públicas (desde la educativa, pasando por la social hasta la policial -solo en último lugar-) para hacer frente a los problemas sociales y al incremento de actitudes violentas en la sociedad de forma imaginativa. Pero este tipo de problemas no se ven desde los despachos ovales. Y quienes están en la calle lidiando con los conflictos casi nunca tienen voz en las decisiones de asignación presupuestaria y la delimitación de las prioridades de actuación pública...
2 comentarios:
Me parece muy bien lo que cuentas. Pero ¿qué propones? La verdad es que es un problema peliagudo donde lo más interesante son las soluciones y no los comentarios -en los que casi todos estamos de acuerdo-.
Fui monitora de chavales durante unos años y cuando veía a mis niñ@s tirad@s medio borrach@s por las calles la verdad es que me sentía frustrada. Sin embargo creo en el poder del ejemplo, de la educación, de la transmisión de valores cívicos, solidarios, de las generaciones mayores a las nuevas generaciones.
Yo también fui niña y mis referencias (esas personas a las que admiro) me han marcado en mi futuro. Los ídolos que tienen hoy los chavales pueden ser muchos pero generalmente se orientan a personajill@s relacionados con el "dinero fácil", "consumismo despiadado" y "violencia" (el gallito se lleva a las chicas más monas), aunque sigo creyendo que hay otros referentes que aunque no salen en los medios de comunicación dejan huella en los jóvenes (los abuelos, los primos, los hermanos, los profesores... los padres).
Siempre he pensado que la infancia y la juventud son el futuro, pero no se les tiene demasiado en cuenta a la hora de tomar decisiones (en casa, en la escuela, en la política). Y, en algunos casos, las decisiones más importantes que toman son para elegir los regalos de cumpleaños o de Navidad...
Creo que las Administraciones Públicas y los gobiernos podrían tener ideas muy creativas e imaginativas si involucraran a la infancia y la juventud mucho más a la hora de plantear políticas y resolver problemas. Alguna experiencia existe (Youth Polis, Audiencias de niñ@s en Donosti y Barcelona) pero no son prácticas generalizadas.
Tengo la suerte de haber tenido unos profesores que me llevaron a conocer las instituciones públicas, que me dijeron que "idiota" es quien no se interesa por los asuntos públicos y que me animaron a participar en un encuentro de Unicef sobre Infancia y derechos de l@s niñ@s. Creo que si cada niñ@ pudiera dar su opinión y sentirse escuchado, valoraría mucho más la importancia de las instituciones de su sociedad (desde su familia hasta la Presidencia del Gobierno).
Uff, menuda chapa, me marcho a dormir.
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