En el TECNIMAP de este año pese al interés del Ministerio de las Administraciones Públicas por la neutralidad tecnológica, el único software y aplicaciones de la Jornada eran propietarias. Eso sí, Microsoft regalaba a cada congresista una estupenda maleta con ruedas. Y es que el Gobierno puede proponer lo que sea (incluso con rango de ley), pero, visto lo visto, Microsoft es quien decide.
El lema de las Jornadas (“eCooperación”) poco tiene que ver con tecnología sino más bien con culturas colaborativas de trabajo y unión de visiones y esfuerzos. Algo difícil de lograr entre las distintas unidades y departamentos de una institución pública, como para pedir que varias Administraciones se pongan de acuerdo. Cada institución pública o privada, desde su stand o con sus presentaciones vendía sus soluciones y proyectos como los mejores del mundo. Más que unas Jornadas para el intercambio de experiencias y la reflexión, Tecnimap es una feria comercial en un momento crítico (antes del cierre presupuestario) para conseguir contratos millonarios.
En los stands de empresas, a cambio de rellenar una ficha con tus datos personales, regalaban utensilios de lo más variados: software, camisetas, PDAs, Cámaras digitales y hasta el nuevo DNI digital. Claro que en un análisis exploratorio el sector académico presente en el Congreso (en peligro de extinción) observó que la mayor parte de las empresas incumplían en estas fichas la Ley de Protección de Datos. Y es que lo más curioso era observar cómo las propias empresas TIC (muchas de ellas seguro que también asesoran en temas de protección de datos a otras organizaciones) incumplen estas leyes con pleno conocimiento y delante de las narices de la Administración del Estado.
El Gobierno Vasco se ha llevado dos premios Tecnimap a la Pasarela de Pagos y a la Plataforma de Contratación Pública. Dos aplicaciones tecnológicas interesantes. Gracias a la colaboración informática de la Diputación Foral de Gipuzkoa con todos los municipios de la provincia, esta aplicación tecnológica ya está en marcha. En el resto de los municipios vascos será complicado extenderla con tanta rapidez.
Finalmente me sorprendió la tecnología y los servicios de información tan avanzados del Senado. El seguimiento de las sesiones se puede realizar en texto y video (en directo o diferido). Además es posible consultar las intervenciones de un senador concreto en los temas y sesiones que se elijan. Curiosamente el Senado tenía Stand en el Tecnimap, mientras que el Congreso de los Diputados no estaba presente. No existe colaboración informática entre las dos Cámaras ni se generan sinergias entre ellas. Sin embargo, pese a estos innovadores servicios, las posibilidades del Senado de tomar decisiones importantes para la actividad política en España son muy limitadas. De forma que el interés de la Cámara Baja por los temas de Internet y Sociedad de la Información desde hace tiempo, no están acompañados de un reconocimiento de esta institución como órgano clave para el diseño de leyes y políticas que afectan a todas las comunidades autónomas.
Tal vez sería más rentable para el Senado vender este software tan avanzado a programas como Crónicas Marcianas, Salsa Rosa o Gran Hermano, donde sin duda alguna el seguimiento de los asuntos morbosos tendría mayor audiencia que las sesiones del Senado.
La ponencia más interesante para mí fue la de Antonio Alabau quien abogó por la seriedad a la hora de planificar el desarrollo de la Sociedad de la Información. Para este catedrático de la Universidad de Valencia, la Sociedad de la Información es mucho más que una política industrial que desarrolle herramientas tecnológicas para agilizar y relanzar el sector empresarial. Es también mucho más que una política de modernización administrativa que utiliza las TIC para relacionarse con otras administraciones, ciudadanía y empresas. Las políticas de promoción de la SI debieran ser más bien, apuestas a largo plazo que implican todos los ámbitos de acción pública y debieran contar en su diseño, puesta en marcha y evaluación con la participación del conjunto de agentes públicos, privados y sociales. De esta forma se apostaría por soluciones integrales e integradas que aumenten la productividad pública, económica y social y garanticen la gobernabilidad de las sociedades en los próximos años. Una cuestión de carácter político y de transformación organizativa y cultural, más que meramente tecnológica, que precisa de evaluaciones serias y ha de abogar por inversiones estratégicas a largo plazo (no solo tecnológicas sino principalmente organizativas y culturales), más que gastar recursos públicos en tecnologías de última generación a corto plazo para estar “a la moda” sin tener clara ni consensuada una estrategia a medio y largo plazo.
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