martes, 3 de agosto de 2004

EXPERIENCIAS Y VIVENCIAS. Este fin de semana mi amiga Marzena y yo hemos recorrido en un día y en tren (23 euros/persona) los tres países banhados por el Lago Constanza: Alemania, Austria y Suiza. Con subida al monte incluida!!!

El Monte Pfänder es uno de los mayores atractivos de Bregenz (además del encanto del lago). Mi primera reacción cuando Marzena (montañera profesional) me comentó que quería subir andando fue decirle que le acompañaría pero que si a la mitad me cansaba, le esperaría echándome una siestecilla. Al final resultó que había un estupendo elevador que en menos de 10 minutos llega a la cima. El precio 10 euros. Pero vi en un mapa las distancias (estimadas) para subir y me pareció una meta lograble (una horita y media más o menos). Lo malo que llevaba sandalias veraniegas, no muy apropiadas para hacer escalada.

Mientras subíamos nos fuimos cruzando con gente joven, mayor y bebés recién nacidos!!! Mientras subía me puse a pensar en lo distintos que son los intereses y los “valores” de quien sube andando y quien sube con el elevador.
-Subir andando implica: ahorrarse unos eurillos, pero además supone esfuerzo, decisión propia, interés por conocer y descubrir, por compartir experiencias a lo largo del camino. Hay vistas preciosas a lo largo de la subida que merecen una paradita para contemplar los regalos de la Naturaleza.
-Subir en el elevador implica: pagar 10 euros (tal vez para otras personas no sea una cantidad elevada, pero para los estudiantes...), acomodarse en el elevador (caja de cerillas cerrada) y disfrutar las vistas durante el corto espacio de 10 minutos.


También bajamos andando, después disfrutar de un bocata que nos supo a gloria!!!. La bajada fue más corta, pero más complicada para mis sandalias. Por casualidad descubrimos un paseo que nos llevó a la parte antigua de la ciudad. En una fuente dos señoras nos dijeron que esa noche había música clásica en directo, gratis (nos verían pinta de estudiantes sin muchos euros).

Continuamos nuestro viaje a St Gallen donde recorrimos las calles principales de esa preciosa ciudad (vacía porque alguna fiesta importante se celebraría el 1 de agosto ya que había más banderas suizas de lo habitual por las calles).

Nuestro último lugar de visita fue Stein am Rhein, un pueblo precioso que sorprende a todo el mundo. Nadie espera encontrar una calle llena de vida, de arte y de belleza en un pueblecillo que aparentemente tiene dos calles y media.

En fin, que en esta vida las apariciencias previas y los prejuicios solamente pueden evitarse cuando se viven experiencias y se comprende el significado de cada persona, cada hecho y cada reacción, en un momento, un lugar y unas circunstancias concretas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

I really liked our trip! ALl I have to do now is to send you the photos !
Good luck Mentxu!