Mi amiga Maika y su hermana Sara (artísticamente Ttukunak) están recorriendo el mundo mundial con su arte y su txalaparta. Están rompiendo esquemas, juicios previos que vinculan a ese instrumento con ideologías, celebraciones y visiones partidistas de la realidad.
Ellas son artistas que consiguen extraer de esos trozos de madera, vidrio y metal, sonidos, melodias que junto a su puesta en escena hacen que el público sienta, se conmueva y se emocione.
Tengo ganas de ver la nueva puesta en escena con Palo Flamenco. Han sorprendido a medio mundo allá por donde han actuado. Y nos seguirán sorprendiendo.
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