viernes, 23 de abril de 2004

El ordenador es para mí ese aparato misterioso que enciendo y hace (cuando quiere) lo que supuestamente tiene que hacer... A veces se vuelve loco y entonces hay quien empieza a darle golpes o a decirle palabras malsonantes... Yo opto por animarle e incluso acariciarle y darle palmaditas...

Pobre de mi txikitin!!! Si es que le cuido muy mal. Menos mal que tiene madrinas y padrinos que de vez en cuando lo ponen al día...

Es como conducir un coche... No tengo problemas en sacarlo del garaje, echarle gasolina, mirarle la presión de las ruedas y andar con él por ciudad o carretera... pero, ay!!! Si de repente me empieza a echar humo o se me para sin más... no sabría qué hacer.

El misticismo y "analfabetismo" informático en estos días es un serio problema. Compras un ordenador, te instalan (normalmente) por defecto software propietario y te empiezan a surgir dudas interminables... Claro, si tienes amig@s que te ayuden estás salvad@... si no, no te queda otra que aprender con ensayo-error, curioseando y dedicándole tiempo al asunto.

Las tiendas de informática nacen, crecen, se reproducen y mueren. Con el programa Konekta Zaitez, surgieron como setas. Yo compré mi txikitin (ordenador portatil) en una, y cuando volví al año a la tienda, resultaba que ya no trabajaban con esa marca. En fin... un mundo, el de la informática, y el mundo en general, en constante cambio, movimiento...

Hoy (qué de cosas he aprendido!!!) me han hablado de PCBox. Podría parecer una tienda más de informática, pero es mucho más. Es un cambio cultural total para gente que como yo tiene miedo a andar en las tripillas de los ordenadores. Allí te dejan salsear y montar tu propio equipo y además diariamente cambian los precios de los productos. Su lema: En PCBox decides tú.

Por otro lado, están los de Media Markt. Para empezar, insultan a toda la persona que no compra en sus establecimientos. Pero es que además, van diciendo que sus precios son los más bajos, y no es cierto (mis amistades expertas en precios así lo aseguran).

En fin... una vez más, tenemos a nuestro alcance múltiples alternativas... pero no siempre la que elegimos es la óptima. ¿Quién no ha comprado X artículo en un establecimiento creyendo que era una ganga, y al día siguiente lo ve en otro lugar más barato o un producto mejor?

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