domingo, 11 de julio de 2004

Un interesante estudio (desde el ámbito de políticas públicas) que analiza varios mecanismos de participación ciudadana y trata de valorar el "rendimento" de los mismos es: Mecanismos de participación ciudadana en la toma de decisiones locales: una visión panorámica , elaborado por Joan Font, Ismael Blanco, Ricard Gomà, Marina Jarque.

Es estupendo ver que a veces resulta "interesante" lo que dicen l@s politólog@s... Y si Lindblom en sus estudios dice que "parece que los ciudadanos no existimos", los ciudadanos (en general) y los politólogos (más en particular) tenemos que hacer ver a las instituciones que L@S CIUDADAN@S EXISTIMOS (-;

Otra cosa es que "quieran" y "sepan" como "dinamizarnos", "movilizarnos" e "implicarnos" en los asuntos públicos. Para eso, los "juristas", no es por nada, pero no son suficientes... se necesitan perfiles profesionales en los Gobiernos y Administraciones públicas de dinamizadores sociales y gestores de redes (como dicen los anglosajones "network managers"). Y se necesita un cambio cultural en los principios que guían la acción pública (orientación a la ciudadanía, visión transversal de los problemas, trabajo en red, etc). Y solo después, es cuando las TIC pueden desplegar todo su potencial.

Las TIC pueden ser un motor para el cambio pero sin transformación cultural no haremos nada!!!! Hay quien especula que este "resurgir" de los mecanismos de participación (que no son nuevos pues desde toda la historia de la humanidad se han planteado) es una táctica para tratar de recuperar la legitimidad de las instituciones (que está por los subsuelos).

Mi gran admirado profesor Joan Subirats dice que uno de los primeros referendum de la humanidad (documentados) fue un fracaso: "A quién liberamos? Al rey de los Judios, o a Barrabás???" Ya sabéis la respuesta (-; Y yo, buscando en google he encontrado una referencia donde también se utiliza este estupendo ejemplo. Nada más y nada menos que en 1966 en una Comisión de Finanzas del Parlamento de Irlanda. Jijiji, es que mi querido Subi se documenta muy bien (y yo que pensaba que el ejemplo era suyo!!!).

Da igual, lo importante es que este ejemplo ilustra muy bien que lo importante es "(in)formar" a la gente (no con un lenguaje jurídico complejo de BOE o PDF tostón o seguimiento por vídeo de plenos parlamentarios en los que hasta nuestros representantes se duermen o directamente están ausentes). Hay que "REINVENTAR" la política. Sabemos que la sociedad es conflicto y la política democrática, la forma de gobierno que creemos menos mala para gestionar estos conflictos y mejorar la calidad de vida.

Subirats utiliza al comenzar su artículo sobre los dilemas de la innovación democrática con el uso de las TIC otra anécdota que da mucho que pensar.

La anécdota recuerda al comentario que realizó el precursor de la comunicación sin hilos, Marconi, cuando algunos de sus colaboradores, alborozados por el
descubrimiento, dijeron, “ya podemos hablar con Florida”, a lo que Marconi respondió: “¿Pero tenemos algo que decir a los de Florida?”.


Necesitamos una clase política, unos profesionales del sector público y una sociedad "(in)formada. Y necesitamos menos gasto en aplicaciones TIC (algo fácil: pantallas planas y sistemas innovadores de urna electónica) y más esfuerzo por (in)formar verdaderamente a la sociedad sobre la importancia que tiene cada ciudadan@ en la gestión de lo público. La clase política tiene la oportunidad de escuchar cada día, dinamizar y motivar a la ciudadanía para que ésta recupere la confianza en las instituciones. La clase política tiene todos los medios a su alcance (tal vez no al alcance de la sociedad). Solo necesita voluntad de ser "más ciudadana" también desde las instituciones y habilidad para saber incorporar las percepciones y preferencias de la ciudadanía en su quehacer diario. Es su deber y responsabilidad.

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