La semana pasada contacté, casualmente, con Antonio Lafuente. Publicó un tuit sobre una propuesta de Laboratorio del Procomún (2008). Yo lo comenté, comencé a seguirle y me siguíó. Le escribí un DM hablándole de la importancia de los concejos alaveses en la gestión de los bienes comunes; y su respuesta fue que estaría en Vitoria en unas jornadas que no sabía que se organizaban en mi ciudad... Y allá que fui (sin inscribirme) a conocerle en 3D y a participar en la parte final de las jornadas.
Conversamos sobre muchos temas, y también sobre Wikipedia y el conocimiento libre. He terminado de escuchar esta charla de 2015, año en el que a mí me borraron mi primer artículo en Wikipedia y decidí que quería aprender a editar y acompañar a otras personas a moverse por el Universo Wikimedia...
Me alegra estar alineada con las propuestas-conclusiones de Antonio (a partir del min 20).
Tendencia a guardar lo codificable. Renunciamos a una enorme cantidad de conocimiento que es justamente el conocimiento de los comunes, de las personas que más necesidad tienen de que nos fijemos en ellos. La importancia de escuchar a otras voces contar cómo ven el mundo y cómo quieren que sea el mundo.
Desarrollar una nueva habilidad para dejarnos afectar por lo que es local, periférico, minoritario, lo que está asociado a proyectos con dificultades para ser visibles. Dejarnos afectar, sin prejuicios, por las formas diversas y sutiles de comunicación (verbal y no verbal) y de interactuar, fijándonos en los detalles.
¿Cómo archivar lo que hemos experimentado pero que no sabemos decir con palabras? No tenemos palabras porque en realidad no hemos investigado lo sufieciente. No hemos dado valor a lo experiencial. Dar importancia a lo que experimentamos. Encontrar las palabras para expresarlo. Éxito: capacidad colectiva de encontrar las palabras = forma de reinventar el mundo. Encontrar otras narrativas para decir lo que no sabíamos cómo contar.
¿Somos lo que tiramos o lo que guardamos? Proyecto basurama. Basura: testigo fiel de lo que somos: qué apreciamos y qué no apreciamos. Dar importancia a lo que tradicionalmente se considera irrelevante, secundario... Poner en valor y dar dignidad a lo experiencial es un gesto contra hegemónico. Es asumir que somos lo que tiramos. Los laboratorios ciudadanos se construyen a partir de lo que tiramos, de lo común, de lo que nunca entrará a un museo, un archivo, a una exposición, de lo que no sabemos cómo decir, pero hemos experimentado... ¡¡qué grande!!
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En 2004 creé este blog en Blogger. Me parece la plataforma más simple y fácil de utilizar. Sé que estoy vendida a Google y que hay otras opciones que serían mejores, pero no he encontrado otra sencilla que permita escribir a un correo electrónico y eso escrito se publique en un blog. Si alguien conoce una herramienta de software libre que permita esto mismo, probaré!
Desde entonces he animado a personas, asociaciones y colectivos a documentar su memoria en su habitación propia en Internet. Yo tengo muy mala memoria. Y cuando recuerdo que he escrito sobre un tema en mi blog, rescatarlo resulta mucho más fácil que buscar en las carpetas de mi ordenador o en otras nubes.
Comienzo en Añana un proyecto de saberes y sabores que no sé hasta dónde llegará... Lo que sí se es que aprenderemos y compartiremos tiempo con saberes, sabores, reflexiones, propuestas... Y que parte de ese tiempo compartido se traducirá en textos, audios, vídeos... La energía compartida y las sinergias generadas será difícil trasladarlas a bits. Al menos, quedará un reflejo en palabras de encuentros entre personas que dedicarán parte de su tiempo a compartirse y a construir sus propios relatos. Y, para mí, será un regalo dejarme afectar por primeras veces y por gente afectuosa y afectiva!
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