Foto: Mentxu Ramilo Araujo |
Estar cerca para sostener el necesario duelo, para desenmarañar hilos y tejer narraciones de hechos sin culpas, sin daños.
O bien hacer ovillos con hilos de pensamientos de colores y guardarlos, regalarlos, desecharlos... sacarlos fuera donde no nos hagan daño...
Tener personas cerca que nos cuidan y sostienen nuestras vidas es una gran suerte. Cuando la red falla, saber que alguien nos acompañará y nos escuchará, sin prejuicios, sin recomendaciones de lo (in)correcto, nos alivia.
Que Noruega apueste desde lo público por la escucha y el acompañamiento a personas que lo necesitan, en lugar de, simplemente medicalizarlas, me parece un avance hacia la esencia humana.
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