Portugal es mi segunda casa y esconde lugares secretos con tanto encanto y belleza, que cuando los descubres, te quedas petrificada durante unos segundos contemplándolos.
Marvão es uno de esos pueblos que, aunque lo visites cada año, siempre descubres una pequeña rua nueva. Calles estrechas y muy conservadas. Y como decía mi abuela, un pueblo en el que cada vez que se caía una piedra de la muralla, la restauraban al día siguiente. Algo que ahora no sucede con tanta celeridad. La villa y las montañas escarpadas en la que se localiza están incluidas en la lista de candidatos a Patrimonio de la Humanidad de UNESCO desde 2000. Quizá algún año de estos lo consigan. Pero esperemos que no pierda el encanto que tiene cuando vas a visitarlo, bien sea por la mañana, a mediodía o al atardecer.
Por fin, este año he visitado el museo y las ruinas romanas de Ammaia. El área urbana de la ciudad romana se aproxima a las veinte hectáreas. Las intervenciones arqueológicas comenzaron en 1995 y al sacado al descubierto cerca de 3.000 m². Pero aún no han excavado más que el 5%. Así que hay Ammaia para rato.
Castelo de Vide es otro de esos lugares a visitar, por su judería (como la de Valencia de Alcántara o Hervás), por el Pingo Doce, un supermercado al que viene gente de distintos pueblos de España y Portugal a comprar. Y, sobre todo, por su estupenda piscina con unas vistas espectaculares de la sierra. Además, es en el único sitio que he encontrado "vinho verde a pressão".
Algunas fotos de la ruta, pero hay que ir a ver esos lugares en directo 8-)
Castelo de Vide es otro de esos lugares a visitar, por su judería (como la de Valencia de Alcántara o Hervás), por el Pingo Doce, un supermercado al que viene gente de distintos pueblos de España y Portugal a comprar. Y, sobre todo, por su estupenda piscina con unas vistas espectaculares de la sierra. Además, es en el único sitio que he encontrado "vinho verde a pressão".
Algunas fotos de la ruta, pero hay que ir a ver esos lugares en directo 8-)
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