jueves, 29 de septiembre de 2005

El martes estuve en la Delegación de Euskadi en Bruselas donde me explicaron cómo llega desde las instituciones comunitarias a Euskadi la información sobre las Políticas de la Unión Europea. Concretamente estuve hablando con Ainara y Laura que son las personas encargadas, entre otros muchos temas, de las cuestiones relacionadas con Sociedad de la Información y el uso de Internet y las Tecnologías de la Información y la Comunicación en distintos ámbitos de la sociedad, cuyas denominaciones cada vez más siendo más variadas (eInclusion, eLearning, eGovernment, eHealth, eAccesibility, eSecurity…aunque ya se empieza a hablar de Sociedad de la Información con “m”-móviles- y “t” –televisión digital-...)

Luego estuve haciendo un poco de turismo por la ciudad “comunitaria” viendo por fuera los edificios principales de la Comisión, Parlamento y Comité de las Regiones. Y por la tarde visitando la parte antigua de la ciudad. Siguiendo la Rue de la Loi llegas a la parte antigua de Bruselas atravesando las sedes del Gobierno, el Parlamentos Belga y el Palacio Real. La Catedral de St Michelle y la Grande Place fueron los lugares que más me gustaron. Por cierto, mi amigo Antonio me dijo que Mario Onaindia escribió una novela titulada "Grande Place".

Tenía curiosidad por ver el Manneken Pis, ya que esa pequeña figura ha generado un montón de productos comerciales (llaveros, sacacorchos, camisetas) que se venden a lo largo de la calle en la que se ubica (protegido por una verja) y por el resto de la ciudad. Este niño “meón” (que según la leyenda consiguió liberar a la ciudad de invasiones enemigas) y la sirenita de Copenhague son dos reclamos turísticos que no tienen nada que envidiar a nuestro querido Caminante de Vitoria que acompaña cada día a las personas que pasean por el centro de la ciudad (y a algún que otro turista despistado que llega por casualidad a la ciudad y le encanta!!!).

También he comprado chocolate belga. Espero que llegue bien a Vitoria (y no me lo confisquen los de Ryanair o me hagan pagar por sobrepeso…). Sin embargo, según la gente de la Universidad de Tilburg las trufas Goya y el turrón de la abuela de las Clarisas de Vitoria superan con creces a la confitería belga. En fin, que como dice Silvio Rodriguez, "nadie está conforme con lo que le tocó".

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