Tanto los incendios como las relaciones humanas no tienen fronteras, pese a que las administraciones de países fronterizos (generalmente ubicadas en el centro de los respectivos países) sigan creyéndolo. Pero para las personas que habitan a lo largo de la “Raya” (como se denomina la zona fronteriza entre España y Portugal) no existen diferencias en ambos lados. Muchos problemas y alegrías son comunes. Y el intercambio cultural es una de las bellezas más atractivas de los lugares de paso.
Valencia de Alcántara a lo largo de su historia ha sido lugar de paso de muchas gentes de España y Portugal, de distintas religiones y condiciones. Y han sido muchas las relaciones comerciales, de amistad y de pareja entre personas anónimas y notables de ambos lados de la Raya.
El Barrio Judío de esta villa se remonta al siglo XIII. Aquí se realizó en 1497 el enlace de la infanta Doña Isabel (hija de los Reyes Católicos) con el Rey de Portugal Don Manuel I. Como señala una interesante página web con más información sobre las Juderías de Cáceres y Portugal, "el enlace real pudo haber contribuido a la preocupación del barrio para cristianizarse, visitado por la Inquisición".
Este año distintas asociaciones y voluntarios del municipio representarán la Boda Regia con el interés de recuperar la Historia de la Villa, recuperar la Joya del Barrio Judío y atraer turismo (sobre todo imagino que esta tercera será la que más interese...). La parte antigua de la Villa acogerá distintas representaciones en la Sinagoga, en el lugar donde pudo estar la Mezquita, en antiguos conventos en las calles y plazas en las que el pueblo judío, musulmán y cristiano convivía en aquella época como hoy en día conviven los vecinos de cualquier localidad.
Este clima de “convivencia” se alteró con la deportación/destierro de parte importante de la sociedad judía y musulmana que se negó a "cristianizarse". Tras el Edicto de Expulsión, en 1492, los judíos se refugian en Portugal. Poco parece que hemos evolucionado porque hoy los motivos "religiosos" (que esconden razones racistas y económicas) todavía son argumento para invasiones y guerras por el mundo mundial.
Espero que con esta representación se recuperen valores y actitudes humanas positivas: convivencia, respeto, tolerancia… Y quien sabe, tal vez si la Infanta no se hubiera muerto al año de su matrimonio hoy España sería una parte de Portugal o Portugal una parte de España. Aunque para la gente de la Raya eso sea lo de menos.
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