lunes, 18 de octubre de 2004

Esta mañana he asistido a un par de charlas del Seminario "El modelo social europeo frente a la Globalización" organizado en Bilbao por el Consejo Vasco del Movimiento Europeo.

Joseba Azkarraga, Consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social del Gobierno Vasco se manifestaba desilusionado por el modelo de Europa de los Estados que se está construyendo frente a un modelo de Europa de los pueblos por el que aboga su Gobierno. Claro que entre las aspiraciones discursivas de los partidos nacionalistas está el hecho de ser un Estado más en la Unión Europea. De forma que les encantaría entonces, según parece, el discurso de los Estados frente al discurso de la sociedad civil o de los pueblos. El Consejero manifestaba su "esperanza" por un modelo social alternativo al del neoliberalismo y de la globalización de la economía con el incremento del poder de las multinacionales en la toma de decisiones políticas, el vaciamiento del poder de los estados y la inexistente transferencia de poder a los poderes públicos más cercanos a la ciudadanía: regiones y gobierno local.

Por su parte, Claus Offe ha hablado de cómo configurar un modelo social europeo, frente a un modelo neoliberal americano. En Europa, la inclusión es un objetivo político claro y manifiesto, mientras que en Estado Unidos, el modelo neoliberal no se ocupa de los temas de exclusión social. Sino que delega en el individuo la responsabilidad de insertarse en la sociedad del pleno empleo (precario, inestable...). Para Offe uno de los fallos en el modelo social europeo es él gap existente entre dos ámbitos de políticas públicas que debieran tener más interrelaciones: las políticas sociales y laborales; y las políticas económicas. Las primeras se diseñan a nivel nacional y regional, con implementación local. Mientras, las segundas se han comunitarizado y alejado de la realidad de las personas. Se habla de criterios de convergencia macroeconómicos, pero la realidad de las familias es una realidad micro, que apenas se tiene en cuenta en las estadísticas económicas. Para Offe, el modelo social europeo puede asemejarse a un edificio, en el que las políticas activas de empleo son el tejado del modelo. A partir de él se establecen otra serie de políticas de protección social (sanidad, seguridad social, servicios sociales) y de regulación del mercado de trabajo. Pero si falla el tejado, si este se hunde, el resto del modelo no será sostenible: la casa se hundirá. De forma que el reto está en ser creativos en el diseño y puesta en marcha de políticas activas de empleo.

Finalmente, Vicenç Navarro con su brillante exposición ha inquietado a los oyentes con su baño de realidad. Algo que nos han repetido en los últimos años es que España iba bien (y las respectivas regiones autonómicas mejor). Sin embargo, el análisis riguroso de los datos económicos y sociales realizado por Navarro y sus colaboradores muestra que España y las CCAA están fatal debido a una falta de visión estratégica sobre un modelo de sociedad del bienestar. Como Navarro afirma, quienes deciden las prioridades en este país forman parte de una elite económica y política que marca los intereses mediáticos y las prioridades de inversión. No les importan demasiado la educación, la sanidad pública, la seguridad social o la inserción laboral, ya que son los primeros en utilizar servicios educativos, sanitarios y fondos de pensiones privados (menuda "confianza" en las instituciones y servicios públicos que supuestamente representan!!!). El debate se centra en cuestiones identitarias y patrióticas que ocultan los problemas reales que afectan a más del 70% de la población de España: precariedad laboral, vivienda, políticas sociales de apoyo a los jóvenes, mujeres, jóvenes familias, inmigrantes, mayores, etc.

Frente a un modelo neoliberal de privatización de los servicios, Navarro aboga por un modelo social en el que el Sector Público dinamice la creación de infraestructuras para la prestación de servicios sociales donde se involucre a más personas, creando así nuevos puestos de trabajo para responder a las necesidades básicas de la población: cuidado de recién nacidos y de 0 a 3 años, atención sanitaria a domicilio para la población mayor, etc. Descargando a la mujer de trabajos extras y creando más empleo y mejores condiciones de vida para el conjunto de la sociedad.

Ha aportado muchísimos datos. Me quedo con el de porcentaje de personas ocupadas en servicios relacionados con el bienestar (educación, sanidad, servicios sociales). La realidad de España (5,8%), Catalunya (4,9%) o el País Vasco (5,7%) poco tienen que ver con la media de la UE (12%) o Suecia (20%). Como él bien comentaba, no se trata de opiniones, sino de datos que son fruto de modelos culturales e institucionales muy distintos fruto de la tradición histórica, económica, política y cultural de los distintos países.

Supongo que solo viajando, experimentando y conociendo otras realidades es como se adquiere una visión más amplia de que la realidad cotidiana para muchas personas no es la única posible, sino que hay otras alternativas que podrían imaginarse, pero que alteran el status quo de la distribución de poder actual y de los acomodados (de por vida) en esas posiciones de poder. Siempre nos quedará la triste crónica política diaria y los programas de sucesos para que, a pesar de estar hipotecados de por vida y tener un empleo basura, muchos acaben el día diciendo: "virgencita, virgencita, que me quede como estoy".

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