Mediados de agosto. Universidad de Konstanz (esta preciosa ciudad y su entorno que tanto voy a echar de menos dentro de quince días). Más de un centenar de bicicletas aparcadas en una de las cuatro entradas a la Universidad. Ninhas y ninhos pequenhos jugando en un patio infantil mientras sus padres y madres trabajan. Bullicio de gente por los pasillos que van a comer al comedor que está abierto en agosto o se dirigen a la biblioteca que está abierta las 24 horas del día. El autobús funciona con horario regular y la gente viene y va del campus.
Mediados de agosto. Universidad de Leioa. Según fuentes informales, son media docena de profesores y otra media de jóvenes investigadores perdidos (a quienes se describe como "raras y raros") quienes suben al campus. Tendrán que hacerlo en vehículo propio, andando o en un autobús (que da media vuelta a Bizkaia). Tendrán que llevarse la comida porque los servicios de Hostelería y Cafetería están de vacaciones. Menos mal que tendrán limpios los accesos, los banhos y sus oficinas, porque "las" únicas que no descansan (y creo que son todas mujeres) son las profesionales de la limpieza.
Diferencias culturales impresionantes. Mientras en Alemania la Universidad es un lugar de encuentro donde mayores, adultos, jóvenes y pekes conviven y pasan el día (y la noche) y donde la biblioteca es un espacio de lectura y de investigación; en Euskadi (y el resto de Espanha, parecido) las Universidades están "cerradas". Es que no hay clases.
La Universidad es mucho más que las aulas presenciales, es un lugar de encuentro que tiene que estar abierto a toda la sociedad. Aunque tal vez en el entorno cultural del que procedo entiendan esto de las 24 horas como la necesidad de crear un nuevo portal en Internet que le llamen "Universidad 24x7x365" y se queden tan anchos.
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