martes, 3 de agosto de 2004

Buceando entre las carpetas de mi ordenador encontré un trabajito que hice para un curso de doctorado sobre un artículo muy interesante de la autora inglesa Anne Phillips. Me encanta este deseo que plantea:
El canon liberal insiste en que nuestras diferencias no deberían importar, pero, en sociedades manejadas por los grupos de interés, es deshonesto aparentar que somos iguales. De hecho, mi propia visión de un futuro deseable es de un androginismo algo pasado de moda, y espero que llegue un momento en que ya no se nos trate más como a hombres o mujeres, sino como a personas, Pero una cosa es desear ese futuro y otra muy distinta es querer que las diferencias desaparezcan”. (Phillips, 1998:323).

Pues bien, para que esas diferencias desaparezcan es preciso reinventar las instituciones (familiares, educativas, políticas, administrativas) para que incorporen valores de respeto “a lo que no es como yo” (osea, todo lo demás menos yo!!). No es la igualdad de quienes realmente somos diferentes (sólo nos iguala que cada uno somos únicos e irrepetibles) sino el respeto de la diversidad y heterogeneidad del ser humano y la búsqueda de soluciones a problemas cada vez más complejos el reto político desde hoy mismo y para los próximos años. No hay una única visión de los problemas ni una solución maestra (la sociedad no es una máquina que pueda repararse con soluciones técnicas o ingenieriles). En sociedades plurales con multitud de identidades (sexuales, étnicas, lingüísticas, ideológicas, religiosas, etc.) los problemas y las soluciones se plantean desde diferentes prismas sexuales, culturales, ideológicos, generacionales, que sin duda alguna varían considerablemente. De ahí que el reto para la política consista en articular las distintas percepciones/visiones y extraer de cada una de ellas las esencias que enriquecen y mejoran la toma de decisiones, las estrategias políticas y los resultados de las acciones públicas para el conjunto de la sociedad. Este arte es la política fundamentada en modelos de gobernanza.

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