Escuchar y acompañar.
Sin juzgar, sin etiquetar.
Sin agobiar, sin imponer.
Facultades ¡esenciales!
No hay receta mágica. Cuando alguien desea cambiar, estar a su lado. Solo cuando alguien decide cambiar, cuando toma la decisión, aunque aparentemente no cambie nada, todo cambia.
La consciencia está presente.
¡El mejor regalo!
Aquí y ahora,
¿qué elijo y decido hacer,
asumiendo mi responsabilidad?
Además de cuarto propio,
es esencial tener criterio propio.
Si no tenemos cuarto, pero tenemos criterio,
¡ya es un gran avance!
6 meses sin litio, tras 18 años tomándolo. Gracias a una nueva psiquiatra que me tocó al azar (tras cinco previas/os que no cuestionaron el diagnóstico emitido con instrumental muy sofisticado: la observación). Gracias a una psiquiatra humana y profesional que me escuchó, creyó en mi potencial y decidió acompañarme.
Quizás con unos cuantos años habría sido suficiente. Quizás nunca lo necesité. Lo que sí he necesitado estos años ha sido cambiar creencias limitantes, aprender a conocerme y a saber qué siento y cómo me siento, qué necesito y cómo pedir lo que necesito.
En ello sigo. La vida es un proceso de aprendizaje permanente en el que nos vamos haciendo sabias (a medida que recuperamos a nuestra niña libre), para saber qué podemos cambiar y qué no. Para aceptar lo que no podemos cambiar. Y para tener valor y ganas de cambiar lo que sí podemos cambiar.